Tratamiento del Juanete
El tratamiento médico no permite corregir la deformación, sino aliviar la presión sobre el juanete y los dedos del pie próximos del dedo gordo del pie.
El tratamiento médico se basa en:
El uso de un calzado ancho y adecuado para caminar.
El consumo de antiinflamatorios y la aplicación de cuidados locales.
El uso de ortesis (plantillas).
Tratamiento quirúrgico.
Ejercicios de reeducación del pie.
El tratamiento farmacológico utilizado es para tratar el dolor (analgésico o antiinflamatorio) ya sea oral o tópico, que se prescribe de manera puntual como tratamiento sintomático. Este tratamiento no mejora la deformidad, ni la mayoría de síntomas relacionados con el mal apoyo y exceso de presión.
Existen en el mercado numerosos aparatos ortopédicos:
- Espaciadores o protectores. Alivian la presión sobre las zonas prominentes o deformadas. En general, son ortesis con materiales capaces de reducir la presión (siliconas). Estos materiales se pueden adquirir prefabricados con formas predefinidas, o bien, pueden realizarse a medida.
- Correctores. Su objetivo es impedir que el juanete evolucione y aliviar los síntomas. Estos dispositivos ortopédicos pueden ser de utilidad en etapas incipientes, pero no cuando la deformidad ya es importante.
- Plantillas. Alivian el dolor mientras se camina y corrige el desequilibrio de la falta de apoyo. No permiten la mejora en la posición del dedo gordo.
En el caso de que el tratamiento conservador no alivie los síntomas, existen múltiples técnicas quirúrgicas descritas para el tratamiento del hallux valgus. El tratamiento de cada paciente es individualizado y se tienen en cuenta factores como el tipo y grado de la deformidad; características del pie, enfermedades previas, la edad, entre otros.
En la mayoría de los casos la simple escisión o raspado del juanete no es suficiente porque no corrige la deformidad o hace que esta reaparezca.
En la actualidad, en casi todos los casos se realiza una cirugía ambulatoria con anestesia local, de tal manera que, habitualmente, el paciente se puede ir a casa el mismo día de la intervención.
Es importante aclarar, que la técnica de láser no se utiliza ni se ha utilizado en ningún lugar del mundo para operar los hallux valgus. No obstante, existe esta falsa creencia al existir técnicas quirúrgicas que permiten operar mediante pequeñas incisiones, conocidas como cirugía percutánea o mínimamente invasiva. Esta técnica, como cualquier otra, tiene sus indicaciones y limitaciones y debe ser bien indicada según la necesidad de cada caso.
Aspectos a tener en cuenta después de la intervención de juanete
- El paciente puede apoyar el pie al desde el día siguiente después de la operación y usar zapatos especiales con apoyo sobre el talón durante 2 o 4 semanas.
- Mantener el pie elevado para favorecer el retorno venoso.
- Durante 2 o 4 semanas se debe llevar un vendaje específico que semanalmente se cambia en consultas externas.
- Lavar con agua y jabón y secar bien la herida una vez cicatrizada y retirado el vendaje.
- Tras 15 días de la operación, realizar ejercicios de autorreeducación.
- A partir de la tercera semana de la intervención, se pueden realizar sesiones de kinesiterapia, técnica que trata algunas deformaciones de los huesos a través de los movimientos activos o pasivos del cuerpo o de una parte de él.
- Al cabo de dos meses de la operación, y siempre bajo control médico, se puede empezar a caminar a paso moderado.
La reeducación es importante como tratamiento postoperatorio porque, a través de modalidades de ejercicios, permite recuperar la flexibilidad articular del dedo del pie operado.
- Auto-reeducación del hallux valgus operado. Forma parte del proceso de curación y previene la rigidez del dedo gordo del pie. Por lo general, se inicia quince días después de la intervención, según un protocolo bien definido.
- Ejercicio de movilización. Tras la operación y durante las cuatro primeras semanas , deben movilizarse los dedos del pie para drenar el líquido del edema y aumentar la amplitud articular.
¿Cómo realizar este ejercicio?
Mover el dedo gordo con el pulgar hacia abajo, de manera suave y progresiva. El movimiento puede ser renovado para cada dedo del pie, con el fin de prevenir la inmovilización de las articulaciones (anquilosis).
- Después de un mes. Las primeras veces un especialista ayuda al paciente a caminar sin zapatos y a hacerlo sobre el talón. Durante este período se reeduca el apoyo propulsivo del dedo gordo del pie; se realizan masajes de las cicatrices y drenajes linfáticos manuales para reducir el edema. En esta etapa es primordial no caminar sobre el borde externo del pie, para evitar sufrir un riesgo de desviar de nuevo el dedo gordo del pie.
Dentro de las complicaciones del tratamiento quirúrgico, pueden incluirse las comunes de cualquier cirugía del aparato locomotor. Entre ellas, cabe destacar:
- las infecciones, que afortunadamente son de baja incidencia;
- los problemas en la curación del hueso (consolidación) y
- la reaparición de la deformidad, a pesar de la mejora en las técnicas quirúrgicas.
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